12/08/2007

FHC07 & Nightlife.

Este post en realidad son dos distintos, solo que por motivos de practicidad los puse juntos.

FOOD HOTEL CHINA 2007
Este evento fue una mega convención que duró 3 días y cuyos expositores abarcaban todo lo relacionado con la industria de la restauración. Mi principal meta fue encontrar clientes interesados en comprar café mexicano de la más alta calidad y a un precio asequible. Dígase de paso, el objetivo fue logrado exitosamente.

Con lo que no contaba, era que también iba a conocer al Príncipe Felipe… Resulta que España era la invitada de honor en la FHC, y la visita del heredero del trono era el highlight. Entonces, uno de los españoles con los que trabajo lo conocía y me lo presentó cuando nos lo topamos en uno de los pasillos de la exhibición. Fueron solo unos instantes, pero él me llamó por mi nombre y también conocí a Doña Letizia.

Tengo que reconocer que entre el papá callando a Chávez y los príncipes tan propios y carismáticos me ha quedado una buena impresión de la realeza española. Aunque, por otro lado, también me parece oportuno recordar a un maestro de la UDLA diciendo que es absurdo que legítimamente se considere a una familia superior al resto de los demás ciudadanos… que la idea de nobleza queda un tanto anacrónica para el siglo XXI. En fin, ese comentario es solo era para mantener el estilo de Guillermo-contrastes.

NIGHTLIFE
La vida nocturna de Shanghai es ciertamente uno de los atributos de esta ciudad que más seduce a expatriados y chinos por igual. Claro, para los locales lo más popular, by far, es el Karaoke. A esta gente le encanta encerrarse en un cuartito con chupe y ponerse a corear las canciones más melosas que se puedan imaginar. Los expatriados solemos preferir, en cambio, los bares y los clubes. Una de las mejores cosas es que aquí no hay que hacer cola para entrar a los lugares, o si acaso un poco y ya. Nada de historias de rogarle al cadenero grandullón y prepotente o de esperar media hora bajo el frío.

Los antros más emblemáticos, como el Bar Rouge o el Attica, están en el Bund y tienen unas vistas fenomenales de Pudong… (Si todavía no están familiarizados con estos términos vuélvanle a dar una leída a mi segundo post). Otra área importante en la que se congregan varias opciones para salir en la noche es en la concesión francesa, sobre los restos de la parte de la ciudad que alguna vez fue colonia de Francia. Ahí está Zapata’s, un bar dizque mexicano, que sirve comida texmex (más tex que mex) y suele ponerse bien ya que van muchos extranjeros. También hay lugares más genuinamente mexicanos, como Tequilaz, cuyo dueño es de Uruapan, y donde puede verse a la muchedumbre bailando caballo dorado, pop mexicano de antro, cumbia, quebradita y demás ritmos típicos del país colorido del mundo.

Creo que de todas las salidas, sin duda alguna la más peculiar fue ayer. Reuní a un grupo de amigos aquí en mi casa, jugamos lotería con caballitos de tequila y en torno a la media noche vino por nosotros el Party Bus… Es un autobús sin ventanas, al que entras y es una discoteca…. Tiene caseta de DJ, buen sonido, pista y asientos. Claro, hay algo de zangoloteo, pero en general la experiencia fue buenísima, no es común que sea la fiesta la que viene a ti. Por detalles como ese es que insisto en aquello de “espera lo inesperado”.

Cualidades shanghainesas.

Ultimamente me ha dado por pensar cuales son los valores, las caracteristicas o las cualidades necesarias y representativas de un expatriado en Shanghai, por el momento señalo cinco:

AVENTURA
Creo que es la cualidad más importante para cualquiera que de pronto llegue a vivir a un país cuya cultura sea novedosa. Dentro de los diversos componentes de la cotidianidad, hay algunos que nos gustan mucho, otros menos o incluso nada. Entonces, el punto es disfrutar al máximo los primeros y aprender de los segundos; y es precisamente el sentido de la aventura el que hace más dinámico el aprendizaje. Hay que estar abierto a romper o modificar paradigmas para interpretar mejor la información captada, y a la par de lo anterior hay que mantener el optimismo, el buen humor y el deseo de explorar, interactuar y cultivarte.

PACIENCIA
Si bien el idioma chino es fascinante y la riqueza cultural inmensa, la verdad es que interactuar más allá de lo simple y lo común puede ser bastante difícil. La barrera semántica hace que la comunicación con los chinos sea más lenta y con menos certeza de lo que uno desearía si se trata de ideas más elaboradas o complejas. Entonces, creo que somos muchos los occidentales que tras unos meses aquí nos volvemos menos impacientes, o por lo menos ese es mi caso. En esta ciudad las cosas toman más tiempo, por lo que no hay que considerarlo como un recurso escaso y estar dispuesto a hacer las cosas con el ritmo local.

TOLERANCIA
A diferencia de la paciencia, esta cualidad no ha supuesto un cambio significativo en mi, mas no por eso quiero decir que he dejado de ejercitarla. Más adelante le dedicaré un post particular al tema de la etiqueta china, pero lo que les puedo decir es que hay varias cosas para las que el occidental promedio definitivamente tiene que desapegarse a sus expectativas con respecto a los modales y al civismo. En realidad la paciencia y la tolerancia van de la mano, por lo que puedo pasar al siguiente punto.

HUMANIDAD
No estoy muy seguro de cuán correcto sea usar el término de esta manera, mi punto es englobar en una palabra la idea de que a final de cuentas todos somos humanos. Tanto chinos como occidentales tenemos manos y pies, tenemos hambre, amigos, sueños, etc. Este punto es muy importante para no satanizar la barrera cultural y romper el hielo. Hay que tener presente que todos somos personas y podemos tratar de comunicarnos para evitar el caso de algunos expatriados que “tiran los guantes” y se resignan a no interactuar con los locales; o bien, el de algunos chinos que piensan que los extranjeros somos incapaces de pronunciar algo en su idioma y se abstienen de hacer el esfuerzo para entender lo que balbuceamos en mandarín.

ESPERA LO INESPERADO
Para esta cualidad no encontré una palabra precisa que exprese la idea, pero creo que el mensaje queda claro. Lo mismo son los locales con sus mil y un chinerías o los expatriados con su particular entorno globalizador y sincrético. A medida que vas expandiendo tu red de conocidos en esta ciudad, es sorprendente la inmensa variedad de eventos en los que puedes terminar envuelto. Días en los que no tenía nada planeado, de pronto me veía en una celebración judía de Jánuca, el desfile de modas de Zegna, un concierto de música medieval o bien, jugando lotería mexicana. Shanghai puede ser una caja de sorpresas si tienes la disposición y los contactos adecuados.

11/24/2007

Sobre el Cerdo...

Con el cerdo tenemos uno de los ejemplos más ilustrativos para discutir lo que podría llamarse como choque cultural. Un mismo animal que en América, Europa y Este de Asia es ampliamente usado, pero en el mundo islámico y judío es visto con repulsión. Tampoco es el caso tomar una postura más o menos radical como la Huntington en “Clash of Civilizations”, sino hablar desde la perspectiva internacionalista sobre cómo cambian las percepciones con respecto a determinadas imágenes, conceptos o hábitos.

Aquí en China el cerdo es visto como un animal relacionado con la fortuna y la prosperidad. En mi poco conocimiento de ideogramas chinos, les puedo comentar el ideograma de “casa”, 家, se deriva de la idea de un cerdo bajo techo, relacionado con la idea de abandonar el nomadismo a raíz de la domesticación de este noble animal. El cual, denota el signo zodiacal de buena parte de los lectores de esta página y de “su servilleta”.

Uno de los aspectos donde más me identifico mejor con la cultura china que la occidental el precisamente la cuestión del zodiaco. Para mi ser Aries no significa nada relevante, si a caso me recuerda a Caballeros del Zodiaco y que nací en marzo. En cambio, ser Cerdo es algo que gradualmente se ha convertido en algo muy relevante, con todo y las connotaciones negativas que se adjuntan al cerdo en occidente.

Desde antes de llegar a China ya estaba empezando a envolverme del ambiente chino. El inicio el Año Nuevo Lunar tuvo una serie de festejos en Córdoba, Cholula e incluso en las playas de Guerrero. La coincidencia de mi año con una serie de procesos que ahora son un parte aguas en mi vida, es de gran relevancia para mi.

Otro motivo es que me parece mucho más coherente que si hemos de tener un signo zodiacal, este sea determinado por el año en que naciste y no por el mes. Lo veo como un distintivo de cada “generación”, como un elemento común de todas las personas del mundo que tienen la misma edad que uno; claro, y también las que están cada 12 generaciones (anuales). Ahora bien, entrar en cosas de que por ser de tal signo entonces ya eres de tal manera, me parece ya un poco más incierto, por lo que no enfoco mi énfasis en lo del signo zodiacal a ese tipo de cuestiones.

En algunas traducciones al signo del Cerdo también lo llaman Jabalí. Probablemente partiendo de la relativa ambigüedad a la que dan pie los ideogramas interpretados por no chinos, y para evitar la imagen negativa que generaría el cerdo. Este signo astrológicos es, junto con el del dragón, uno de más populares; seguramente aquí en China durante el año del cerdo habrá sido más elevada la taza de natalidad con respecto al anterior (año del perro) o al próximo (de la rata).

La comida {1}

Wow… no sé ni por donde empezar. Desde luego, en todas las culturas la comida es algo muy importante, pero aquí en China se hace aún más evidente. Incluso en “dialecto local shanghainés” (que dígase de paso es el 11º idioma con mayor número de hablantes en el mundo, más que el coreano, cantonés o italiano) para saludar, se utiliza una expresión equivalente a “¿Ya comiste?”.

Lo primero es hablar de palillos, como se los mencioné en el primer post, son mi utensilio favorito para comer. Me fascina la idea de no “alienar” la comida con un objeto metálico, a la par de la armonía que genera utilizar ambos palillos. Carente de modestia, les puedo comentar que uno que otro chino me ha dicho que le sorprendía lo bien que los manejo. Y bueno, la técnica llevo trabajándola desde varios años atrás cuando vivía en Cholula... ¡Aaahhhh! ¡aquellos tiempos!

Si además de los palillos hay otra cosa por la que se distingue la comida china, es el pedir varios platillos al centro y que todos coman de ahí. La mezcla de ponerse de acuerdo sobre qué pedir, compartir, probar un poco de todo y escoger tu qué cantidad servirte me parece formidable, tal vez hasta mejor que la individualidad de los platillos occidentales.

Cuando estaba en el curso intensivo de chino, generalmente comía con amigos en los establecimientos de por ahí. En lo que equivale a una fonda, se puede comer rico y abundante por menos de 30 yuanes (3 euros, 40 pesos). Esto era lo que solíamos pedir con mayor frecuencia:
• Trozos de cerdo, tipo lomo o maciza, capeados crispy, en salsa agridulce con piña y pimientos. Platillo en especial famoso en Shanghai dado su éxito con los 外国人 wàiguórén (extranjeros);
• Costillas (sin hueso) con glaseado de vinagre, exquisitas;
• Carne con salsa de pimienta negra, cebolla y pimientos;
• Dumplings, una especie de “empanada” pero de una pasta que va hervida o a veces frita;
• Platos de Vegetales: A la hora de ordenarlos, puede llegar a ser un tanto misterioso para quienes apenas se familiarizan con la comida local, hay varias verduras chinas que en occidente son poco conocidas o no existen. Desde luego también hay cosas fáciles de reconocer: pepino, apio, calabacín o zanahoria.
• Tallarines, arroz al vapor y/o arroz Frito


Una que otra vez pasaba que algún platillo se quedaba casi intacto ya que a nadie le había gustado. Por ejemplo una vez que creímos haber pedido carne de res, pero nos trajeron una sopa con pellejos raros y menudencias. Yo la probé, pero es que el caldo y los como garbanzos que tenía no ayudaban en nada al sabor.

Otra anécdota fue la confusión de platillos que provocó, accidentalmente, que un amigo musulmán comiera cerdo, bueno, solo un poquitito, pero suficiente para que a partir de entonces él pidiera su comida separada. Aquí en China, al igual que en México o España, comen mucho cerdo, cosa que complica el comer comunalmente para los musulmanes y los judíos que adoptan aquello de la aversión al porcino. Este “choque cultural” me acaba de inspirar para el tema del próximo post.

11/11/2007

Un poco de la cotidianidad...

Ahora que ya tienen nociones sobre la orientación en Shanghai, quiero hablarles un poco de la vida diaria en esta ciudad. Ya les mencioné lo que son más o menos los atractivos turísticos, ahora es el turno de hablar como Shanghainés. Lo primero que se hace evidente de vivir en el área central es la enorme cantidad de personas que hay, gente que va de un lado a otro, camina, se detiene, habla por celular y fuma cigarros mientras conduce una motocicleta.

Está sí que es una ciudad grande y con muchos habitantes… su extensión geográfica es mayor que la de todo el estado de Queretaro y de hecho es una de las seis aglomeraciones urbanas más pobladas del mundo, las otras cinco son el DF, Tokio, Bombay, Nueva York y São Paolo. Vive más gente en mi nuevo hometown que en toda Bélgica, Portugal o Cuba, y justamente el área central es la parte con mayor densidad de población. Pero eso también me agrada, por que me parece aburrido e insipido el modelo urbano estadounidense donde el centro es solo el lugar de trabajo y después de las 19:00 ya está más vacío que misa de miércoles.

En realidad, a excepción de cuando se trata de asuntos relacionados con la chamba, o de ir al supermercado, nunca salgo del área central. Aquí está todo lo que necesito y la verdad prefiero moverme en bici, con lo que la periferia me queda lejos. Hablando del transporte, las condiciones de manejo en China son punto y a parte con respecto a las occidentales, así que el coche aquí no es la opción, además los taxis son relativamente baratos y el metro lo están expandiendo al doble por motivo de la EXPO 2010, así que entre bici y metro me muevo bien.

En realidad la posibilidad de moverme bien sin coche fue otro de los puntos fuertes por los que me sedujo Shanghai. Me agradaba que contase con buena infraestructura de transporte público y para la bicicleta… y no me refiero a antiguas vías de tren convertidas de la noche a la mañana en ciclopistas, sino que hay varias calles en las que está delimitado el carril de bicis y motos. Ahora bien, cada vez se hace más evidente que el ciclismo pasa a un segundo plano y ahora lo estelar es comprar un coche y conducirlo por las autopistas elevadas y los majestuosos pasos a desnivel, que hacen que el segundo piso de Periférico parezca asunto de principiantes.

Con respecto a la bici, como les decía, es toda una experiencia, incluso hay varios expats que nunca se animan a montarla. Yo por el contrario, disfruto enormemente sortear humeantes motocicletas, peatones indigentes, obras en reparación o conductores que te avientan su vehículo... todo en aras de moverme rápido y sin consumir otro combustible que el que genera mi propio organismo. Claro, no todo es miel y melcocha. El otro día me robaron la bici, y la segunda que compré casi me ocasiona una visita al hospital porque se le cayó el pedal y se le rompió el tubo que sostiene al asiento… bueno, en realidad solo me caí tantito y ya, pero al principio quise que sonara más dramático.

Lo particular del ciclismo shanghainés es cuando de la nada aparece una bicicleta cargada por completo con una veintena de cajas de unicel, u otra que carga bambús o varás de más del triple de la longitud de la bici donde las portan. Hay veces en las que veo vehículos tan estrafalarios que incluso miro con más atención para divisar si entre la multitud no están El Espantomóvil, Penélope Glamour, Pierre Nodoyuna y su Perro… Patán? Pulgoso? No recuerdo como se llama… pero en serio que andar en bici por aquí puede llegar a recordarnos “Los Autos Locos” (Wacky Races).

En fin, retomando aquello de la cotidianidad aquí, otro punto sumamente notorio es la omnipresencia de los convenience stores, los malls, los fast food y demás manifestaciones del abandono a la economía centralmente planificada. Vivir en el área central de Shanghai hace que uno realmente aprecie las dimensiones del proceso que la mayoría llama “globalización”. La homogeneización de las grandes ciudades cada vez se hace mayor, las mismas tiendas, la misma moda, la misma música, la misma comida, incluso el mismo mobiliario, gracias a IKEA y a los que ahí vamos a comprar todo para la casa...jeje. Por el momento hasta aquí la dejo pero después escribir del tema

Introduccion a 上海, o sea Shanghai.

Hace dos años fue la primera vez que vine a este lugar. Tras una breve visita en un fin de semana me quedó claro que esta es una ciudad dinámica, versátil, llena de energía; y a la que en algún momento podría llamar hogar.

Para orientarse un poco aquí lo primero a tomar en cuenta es que el río HuangPu divide a la ciudad en Puxi (oeste) y Pudong (este). Todo lo importante, desde mi perspectiva, está al este, en Puxi. De hecho en Pudong solo he estado en el aeropuerto cuando llegué y nunca he vuelto, es como si fuera otro país.

El centro de Shanghai es Rénmín Guǎngchǎng, es decir la Plaza Popular. Yo vivo a unos 7 minutos en bici, estoy bastante cerca. La plaza es gigantesca, esta rodeada de rascacielos futuristas, tiene parques y en ella están el Museo de la Ciudad, el Teatro Principal y el Salón de Exhibición de Planeación Urbana; porque aquí el tema de lo que se va a construir es en serio. Shanghai tiene un edificio amplio y llamativo para los interesados en el urbanismo y el futuro de Shēn 申 (otra manera, mucho más local, de llamar a esta ciudad).

La avenida más emblemática de La Perla de Oriente es la Zhongshan lu, y en su parte paralela a la ribera oriental del HuangPu es mejor conocida como el Bund (Wai Tan, en chino). En ella están los edificios del siglo XIX construidos por los empresarios extranjeros y los países colonizadores, cuando Shanghai era una concesión internacional. Edificios Art Deco, Gótico, Barroco, Renacentista, Neoclásico, Beaux Arts y Románico forman entre sí una combinación que bien podría emular a Chicago o Londres, pero que en realidad tiene una identidad única e irrepetible debido a la mezcla de estilos.

Actualmente lo más destacado son las tiendas que se ubican en las plantas bajas y los clubes nocturnos hasta arriba, que se distinguen por sus espectaculares vistas de Pudong. Y si utilizo el adjetivo “espectacular” tal vez lo haga más por lo que Pudong representa que por lo que se ve a simple vista. Hace unos 18 años ahí no había ninguna construcción mayor, eran pantanos y tierras agrícolas. Hoy se ha convertido en el principal centro financiero y comercial de China continental y alberga construcciones tan relevantes como la Torre de la Perla Oriental, El edificio Jin Mao y el World Trade Centre de Shanghai, que junto con Burj Dubai, será el edificio más alto del mundo.

Pudong es la punta de la flecha con la que China se ha abierto a la economía liberal… Pero de regreso a este lado del río, algo de lo que más ha llamado mi atención es la manera tan contundente en la que Shanghai está renovándose, no es raro ver por aquí cuadras enteras de casas que fueron demolidas y en las que ahora se están construyendo rascacielos y centros comerciales. De hecho ninguno de los edificios donde vivo, voy a la escuela o a la oficina, tiene mas de 15 años antigüedad; así que es de suponerse que antes había otras construcciones.

Incluso la Rénmín Guǎngchǎng (Plaza Popular) no es tan antigua como podría uno pensar. Hasta la primera mitad del siglo pasado ahí estaba el hipódromo, pero tras el establecimiento del régimen comunista se prohibieron las apuestas, entonces se decidió hacer un espacio publico. Después en los años noventa se erigieron las edificaciones que antes les mencioné. Tengo que reconocer que esta cuestión de construir sobre construido me seduce, es derribar algo para hacer algo nuevo, además me recuerda a mi Cholula con sus iglesias levantadas sobre pirámides.

Mensaje de Bienvenida

你好 (nihao) ~ hola!!!

Sin ánimos de que parezca foxismo, pero bienvenidos y bienvenidas a "The 6th Star"... un espacio de la red que utilizaré para mantenerlos al tanto de lo que está pasando aquí, en Shanghai. Así como también hablaré de mis impresiones de China, su cultura, su gente, su comida, sus cosas raras, lo bueno, lo malo y lo chistoso.

De entrada, les puedo decir que según yo, haberme venido a vivir a Shanghai es la mejor idea que he tenido en mucho tiempo. O al menos eso es lo que pienso a un mes de haberme mudado a tierras chinas. El primer mes puede ser de los más complicados, es necesario encontrar donde vivir, instalar la casa, conseguir celular, empezar tratos con el banco… y desde luego, adaptarse a una nueva cultura que, aparentemente, es distinta a ti en todo, o casi todo.

En la cotidianidad de Shanghai hay varias cosas que realmente aprecio, primero que nada está el que me puedo mover en bicicleta. Es rápida, eficiente, ecológica, te mantiene en forma y, en el caso de China, es verdaderamente toda una experiencia; más adelante les contaré sobre eso. Por otra parte está la comida, el simple hecho de comer con palillos para mi es lo mejor, quienes han ido a mi casa han podido notarlo con facilidad. Y claro, el encanto del mundo chino es lo que más contribuye a la alegría de vivir aquí.

Algo que tenía claro desde el principio es que en mi primera etapa iba a estar principalmente rodeado de 外国人 wàiguórén… es decir, extranjeros, o como solemos llamarnos entre nosotros: expats (expatriados). En realidad esto también fue otro de los atractivos, en este último mes he hecho amigos españoles, italianos, ingleses, franceses, gringos, venezolanos, suizos, alemanes… e incluso de países como Kirguiztán, Tonga o Kazajstán.

Estar aquí hace que aquello de las Relaciones Internacionales realmente cobre sentido. Aunque uno termina la carrera universitaria, la interacción con personajes procedentes de todas partes del planeta hace que las RI sea algo dinámico y cuyo apredizaje es constante. Además, uno debe de estar al tanto de lo que sucede en el mundo; y qué mejor manera que escucharlo de primera fuente. Sé que suena como una analogía un poco extraña, pero así como el matrimonio se consuma en la noche de bodas, la profesión del internacionalista lo hace cuando éste vive en el extranjero. Y créanme, aquí esa es una condición que en definitiva te queda bien clara, los chinos a cada momento te recuerdan que no eres local… pero lo anterior no debe entenderse como un motivo de aislamiento, al contrario, es a la vez una invitación a descubrir una de las culturas más fascinantes y un desafío para nuestras capacidades de adaptación.

Precisamente la intención de este blog es contarles cómo me desarrollo en este proceso. De igual manera, es bueno tener un medio de expresión al cual canalizar toda esa carga de información que mis sentidos reciben día tras día en esta, que simultáneamente es una nueva vida y sigue siendo la misma de siempre.

Les agradezco estar leyendo estas letras, los invito a explorar los otros textos y por favor registren sus opiniones. Vuélvanse parte de este blog, ya que la retroalimentacion de quienes leen esto también es fundamental para que este proyecto continue.